Minientrada

IDEOLOGÍA

Las ideas dominantes en una sociedad son las ideas de la clase dominante. Karl Marx

Ideología no es lo mismo que filosofía. En su primera acepción el diccionario de la lengua española define ideología como el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político. La ideología supone una adhesión voluntaria sin mucho esfuerzo, esto es, se puede convivir con una idolología incluso cuando no se comparten todos sus postulados. La filosofía presume todo lo contrario, es decir, permanecer a la espera de que un nuevo paradigma lo cambie todo, de hecho está en continuo cambio, mientras que las ideologías sobreviven prácticamente inalteradas, al menos en sus posiciones generales. En política podemos hablar de tres enfoques principales, izquierda, derecha y centro, obviando matices geográficos y temporales, que exceden las pretensiones de este artículo.

La ideología no es entendida de igual manera por cada una de las corrientes ideológicas, en el argot cotidiano las ideologías son opiniones sobre el modo en que debería organizarse políticamente la sociedad. Mediante la creación de símbolos fomentan adhesiones o rechazos, jugando un papel fundamental en el desarrollo de la identidad comunitaria de grupos, pueblos, hasta de periodos de la historia. La ideología fija fines comunes, de forma que los individuos defienden hasta límites insospechados la ilusión que profesan, en principio mediante movimientos políticos, pero no siempre. En periodos de alta intensidad política, la ideología se presenta de modo excluyente, mientras que en etapas de baja intensidad se vuelve más tolerante. También puede ocurrir como en el momento actual, con el procés catalán en plena ebullición, que a la alta intensidad política, no haya ideología que dé amparo al pueblo, más allá de unas manifestaciones difusas y contradictorias.

El marxismo como corriente de izquierdas, define la ideología como el conjunto de creencias falsas de las que se sirven las clases dominantes con objeto de mantener su situación de privilegio, justificando y perpetuando las diferencias de clase.  De hecho para la sociología marxista, el propio marxismo no es una ideología ya que anticipa una sociedad sin dominación, por tanto, carente de ideología.

La corriente de derechas, neoliberal conservadora, imperante en la mayoría de los países considerados como desarrollados o del primer mundo. Considera que a historia como lucha de ideologías, ha terminado, en el mundo actual, tras la guerra fría se ha impuesto la democracia liberal. Tesis defendida por Francis Fukuyama, llegando a una conclusión parecida a la marxista, aunque con otro fundamento, las ideologías ya no son necesarias, han sido sustituidas por la economía, premisa fundamental del llamado pensamiento único.

Daniel Bell, desde una corriente que podríamos considerar de centro, considera que las ideologías han sido suplantadas por la tecnología, el cambio histórico se ha dirigido hacia un modelo basado en la información y el conocimiento. Rompiendo con todos los modelos previos. El fin de la ideología que plantean las corrientes de centro, en palabras del profesor J.C. Monedero, es un paso más en la despolitización de la política, otra palada en la tumba cavada con la pretensión de enterrar los asuntos políticos bajo soluciones presuntamente técnicas.

Esta falta de ideología en el mundo actual, necesaria en cuanto que todavía hay dominadores y dominados, nos ofrece un escenario convulso como podemos observar día a día ante el cruce despiadado de declaraciones ante el referéndum planteado por el gobierno catalán sobre la independencia de Cataluña. Para muestra un botón, el partido popular europeo cuenta entre sus miembros al PP español junto con UDC Unió Democrática de Catalunya, miembro histórico de Convergencia y Unió, desde 2015 disuelta. A partir de 2016, PDeCAT, Partido Demócrata Europeo Catalán, sustituye a la antigua convergencia minada por los casos de corrupción. Y se une, sin rubor alguno a la combativa ERC, Esquerra Republicana de Catalunya; a la CUP, Candidatura d’Unitat Popular; que junto con Raül Romeva de Iniciativa per Catalunya Verds; forman Junts pel Sí, con el objetivo de lograr la independencia de Cataluña. Probablemente la ideología efectivamente ha llegado a su final, pero no por los argumentos anteriormente expuestos, si no por perversión.

Pues bien esta falta de ideología es la que nos confunde a la hora de entender, de abordar el denominado conflicto catalán, del que en puridad solo está en su sitio la CUP, de todos el único partido de extrema izquierda, defensor de la independencia de Cataluña​ y de los Países Catalanes. El resto atenta contra su ideología, PDeCAT es un partido conservador, por tanto contrario ideológicamente a la independencia, ERC, partido republicano de izquierdas, ideológicamente debería enmarcarse en una tendencia federal o confederal, mientras que Romeva de la izquierda ecologista internacionalista, se pasa al independentismo desprendiéndose de su ideología previa.

Por la cera de en frente, los únicos partidos que hacen honor a su ideología son IU, que en palabras de su secretario general Alberto Garzón, defiende la unidad patria como corolario de su internacionalismo. Y el PP, que muestra su condición de herederos del régimen anterior, amenazando de soslayo hasta con la intervención militar si fuera necesario. Podemos como grupo heterogéneo, manifiesta distintas posiciones según la corriente interna de la que procedan, su ideología no está unificada. El PSOE, inmerso en una redefinición ideológica, parece que definitivamente ha abandonado el socialismo por la moderación indefinida. Ciudadanos, es el más claro ejemplo de partido escoba, intenta barrer para llenar la bolsa.

En definitiva, parece que efectivamente hemos llegado a un punto en el que las ideologías han desaparecido, más como advierte Fukuyama, por sustitución por la economía capitalista del consumismo, que por evolución social como pretendía Marx. Pero nada está definitivamente cerrado, igual esta implosión política conduce a nuevos horizontes obligando a posicionarse a unos y otros. Debemos ser optimistas ante la posibilidad del renacer del debate político y la posibilidad de cerrar de una vez por todas, la etapa involutiva de la transición del 78. Tenemos que pasar página para seguir escribiendo el libro.

Politiquea

Deja un comentario